“Hazme capaz de expresar la belleza
que tú me haz puesto dentro.
Dame el hacer una obra refinada
Y sencilla, espléndida y dulce,
Fascinante y querida de los hombres”
Gabriela Mistral
No existen otros versos con los cuales pueda adentrarme en el poema La boca del miedo de Paz Molina. La primera palabra que surge es pasión, luego vitalidad, energía. Paz Molina estremece. Su poesía es espléndida, además en dulzura y sencillez. Poesía desde el corazón. No el sentimiento burdo, no el sentimiento prosaico, tampoco el desborde pedante del intelecto, sí, la expresión de la finura del alma de una artista que arde en cada palabra, en cada signo. Tenemos que resaltar, y lo hacemos con la humildad del aprendiz, el equilibrio en la obra de Paz, elemento que delimita con propiedad el accionar de todo ímpetu pero no logra asfixiarlo. Porque la pasión fluye. Y es que la poeta no puede (y tal vez no lo desea), ocultar el ardor que fulgura en sus poemas con luz personalísima. Hay pasión por la palabra y esa pasión se desborda en sus poemas como en el poema Otra estirpe de Delmira Agustini, en obras como Hamlet y Romeo yJulieta, de Shakespeare, Del Amor y Armancia, de Stendahl o La vida está en otra parte, de Milán Kundera. Y está la pasión de Gabriela Mistral, que empapa y embriaga con vigor y extrema sencillez, identificándonos hasta estos días. Es el poder de la Palabra. Une y reúne, sentimiento: amor, miedo, consuelo, alegría, en una multiplicidad de voces en las cuales se yergue inconfundible la voz de Paz Molina. Nos encontramos con el poema La boca del miedo. Una turbación emerge en esta boca de mujer, que busca refugio en el príncipe marchito, es así como nos dice: /la ancianidad es un espejo turbio/, …./. Te viajo y te conservo/ inmaculado y lejos/ con un deseo de vivirte/ con un deseo de ser tu alma. ………Pertenecer……….cobijarse ¿Alguien puede sustraerse a ese deseo o al deseo? Pero ello no basta pues la hablante nos recuerda una verdad:
/el amor también puede fruncir el ceño/, y aún en el enojo o las diferencias de pareja, la hablante no pierde el deseo de entregar, darse a su amado: / Guardo para ti el mejor racimo/ la verdadera vida/ el sol naciente/. Conmueve con su poesía, irrumpe en el espíritu con la honestidad de su verbo, con el arrojo de declarar su deseo y la disposición a la entrega casi incondicional, es esta forma de entregarse la que admiramos y recogemos, con el anhelo de alcanzar la valentía, poseer la energía de sus versos, exponer, hacer vivo el amor, en los signos y en los hechos. En tiempos en que es un bien escaso, depreciado y despreciado, irrumpe la poeta Paz Molina en nuestro solitario refugio y con una estética que destila amor, deseo y entrega nos doblega con la misma pasión que posee y que expone con la humildad que caracteriza a las grandes poetas. Podemos decir que ha cumplido el ruego de Mistral, Dame el hacer una obra refinada/ sencilla, espléndida y dulce,/Fascinante y querida de los hombres”
Resuenan en los oídos: /Soy la boca del miedo vuelta risa/ cuando me besas.
Paz Molina, poeta peregrina .
La boca del miedo
1
Hacia ti dirijo mi frente descabellada
apacentando dolores
Entre tus manos de príncipe marchito
cobijo mi tristeza de colegiala
La tarde es un recinto
maldito por la belleza
Acurrucada, te bendigo.
2
Somos los dioses impotentes
con nuestro intento de maravilla
La ancianidad es un espejo turbio
repleto de soles
El triunfo es una llave
sólo conocida por tu boca
maestro de melancolías
príncipe de dulce mirada
Te viajo y te conservo
inmaculado y lejos
con un deseo de vivirte
con un deseo de ser tu alma.
3
El amor también puede fruncir el ceño
arquitecto dulcísimo
Guardo para ti el mejor racimo
la verdadera vida
el sol naciente.
4
Estoy tejida en cárceles aladas
mi sombra es tu reflejo
cautiva de tus horas te dibujo
con mi pincel sombrío
Soy la boca del miedo vuelta risa
cuando me besas.
Los dedos de la suerte
1
¿Cómo definir aquello que nos impele
que nos hace rebotar contra el cielo
y devolvernos la conciencia?
¿Cómo ceñirnos la mirada justa
para alcanzar la profesión de sabios?
Yo quiero alejarme del mundo-puñalada
e instalarme a vivir en la jaula florida
de mi Pájaro Padre.
2
¿Qué desatino es este, fluye un sueño acullá,
tengo dominio lógico del verbo o acaso
este oficio dominante y promiscuo en el tejido
no viene siendo más que un nicho distinto
perversidad más noble?
Yo persisto en el afán incierto justamente
y me muevo claramente en los días.
Doy salud al precario que se inicia matinal
en mis símbolos
entonces le señalo la ventana mejor, la más abierta
para el día que corre para la noche que vuela
Tendremos embrujos memorables
y mantel largo.
3
Y ni siquiera un tango ni siquiera un diamante
un pan o discorola perdida
ni siquiera.
Luego, qué.
¿Derretirse tranquilo en un texto insumiso
o doblegarse entero?
4
Hay cosas que no sé. Me destituyen
Me ubican en espacios insufribles
Debo salir de aquí de cualquier forma
en el siguiente verso, pero es tarde.
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